Friday, September 29, 2006

Money, money, money

Mi experiencia me dice que la gente no sólo es analfabeta, sino que además se siente de lo más satisfecha con su incultura. Cuanto más analfabeta, más orgullosa. “Es que yo soy del pueblo, del arroyo, del extrarradio… Por eso, te escupo en la cara”. Y tú, que, afortunadamente, no eres ni del pueblo, ni del arroyo, ni del extrarradio, pues te tienes que aguantar, porque si no eres un carca, un fascista y un snob. En fin. Para mí, lo peor de la incultura es precisamente eso: su arrogancia.

Pero no es eso de lo que quería hablar hoy (aunque nunca está de más fustigar un poco a las hordas analfabetas). Hoy quería hablar de Balenciaga. Del look Balenciaga. Del gorrito Balenciaga. De la unanimidad, la sospechosa unanimidad, de la prensa de moda de todo el mundo. ¿Por qué?

¿Por qué desde todas las portadas nos mira una mamarracha tocada con un gorro vagamente hípico, con un modeli también vagamente hípico, inspirado en las exquisitas obras de arte del maestro? ¿Por qué esta pomada mundial en torno a Nicolas Ghesquière? El chico tiene talento, eso nadie lo pone en duda, pero esta apoteosis, este éxtasis, la súbita pleitesía a los pies del nuevo idolillo del mundo fuckshion… Vamos, como que me huele a chamusquina.

A chamusquina y a una excelente campaña de marketing.

Ya se sabe. Money makes the world around, the world around, the world arooooooounnnd…

Wednesday, September 27, 2006

Diamantes vs. bisutería

La pobreza es de mal gusto. Lo sé, he sido pobre. Los pobres no son esa gente encantadora de las películas neorrealistas. Para nada. Los pobres son gente desesperada y ordinaria, llena de resentimiento de clase. O mejor dicho, de resentimiento déclasse. Vamos, que si tengo que elegir, como Gloria Graham en Los sobornados (“He sido rica y he sido pobre; creéme, ser rica es mejor”), me quedo con los diamantes. La bisutería, que se la queden otras. Las demás.

Sunday, September 24, 2006

El índice (marica) de libros prohibidos

"La literatura ‘gay’, en particular la de autores que aún están vivos, es un gran cementerio donde autores que no se parecen, excepto por sus supuestos deseos sexuales, están juntos en una parcela bien lejos de la reservada a los valores familiares".

Gore Vidal, sobre James Purdy

Amén, hermano.

La literatura gay es un gran cajón de sastre, pero sobre todo un gran cajón-desastre, en el que cabe todo. El almíbar de David Leavitt, capaz de provocarle el coma a un diabético; las oscariadas de esa loca de Hollinghurst —sí, lo aborrezco; La bilioteca en la piscina tenía cierto encanto añejo, lo que ha publicado después me parece onanismo de la peor especie ("onanismo inane", escribiría la mariquitasabidilla de turno)—; las mamarrachadas de Dennis Cooper; las flatulencias de la Baily… Toda esa pulpa de papel a la que alguien debería prender fuego se publica bajo la etiqueta de literatura gay. No. Llamemos a las cosas por su nombre. Cenizas a las cenizas y basura al estercolero.

A los autores españoles, es decir, a los gigantes y cabezudos de turno (Mendicutti y compañía), no los he nombrado porque me tempo que su sola grafía ya me provoca erisipela.

Friday, September 22, 2006

La gente es LO PEOR

Hasta los años 80, las ciudades de provincias se nutrían básicamente de dos filones aparentemente inagotables, el dinero y los cotilleos. Tras esa década infernal, las ciudades de provincias se hicieron adultas: se quedaron con el dinero y mandaron los cotilleos a hacer gárgaras. O sea, la cama interesaba bastante menos que la cuenta corriente. A mediados de los 90, se invirtió la tendencia y la cama volvió a cobrar un moderado protagonismo. Hoy, tengo la sensación de que en provincias vuelve a interesar el dinero por encima de la cama. Literalmente. Me imagino una cama cubierta por una colcha de euros y, a sus pies, una mujer asesinadita, esperando que alguien hable de ella. Aunque sea bien.

Pues, en cierto modo, eso es también lo que pasa hoy con toda esta verborrea tardoadolescente de los blogs, los diarios et al. Este tipo de narcisismo es del peor gusto, es de hecho francamente nauseabundo, pero al final no puede uno dejar de mirar la víscera o el cadáver de la mujer asesinadita sin sentir un escalofrío de placer. La gente, por regla general, ofrece siempre lo peor de sí misma: su peor perfil, su peor voz y su peor actitud. Es un rasgo muy mediterráneo y muy católico: uno exhibe sus llagas con la vaga esperanza de que llegue una santa tipo Margarita María de Alacoque a limpiarlas con la lengua; luego resulta que quien llega es Santo Tomás y hurga en tus miserias con sal y limón como si fuesen un tequila. Vivimos en una sociedad que valora más al pecador que al martir. Afortunadamente.

En fin, todo esto viene a cuento de un libro de James Purdy que trata el tema de los chismorreos y de vidas exiguas en habitaciones exiguas. Y viene a cuento también de lo que comentaba mi amigo R.: la gente ya no te saluda antes de insultarte, directamente te escupe. Porque la gente es así: superespontanea. Y superordinaria.

Thursday, September 21, 2006

Senectud

La gente es muy indiscreta. Y muy osada. ¿Un ejemplo? Muy bien, pedid y se os dará. Hoy es mi cumpleaños. Mi sobrina, tan mona, me dijo el lunes: “Uy, tienes todo el pelo blanco. Pareces un viejito”. Y lo parezco. Trato de mentir sobre mi edad, pero la gente, inevitablemente, o bien acierta o... ay, Dios mío... me echan dos años más. ¡Y hasta tres! En fin, el caso es que justo cuando tienes un Trauma con T de Telva, viene alguien a darte un beso y, a continuación, con una sonrisa de raja de sandía, te escupe: “¿Cuántos?”

Yo sonrío. Sonrío, sonrío, sonrío. Pero una chica no puede pasarse la vida riendo.

¿Cuántos?

No me obsesiona la juventud. Pero sí me obsesiona la belleza. Una lectora de otro blog me reprocha que soy un poco monotemático con el capítulo Belleza, monotemático hasta el punto de lo patológico. Pues sí, es verdad. Y cuando la belleza para ti es una especie de religión laica –no hay oxímoron que valga cuando suplantas a Dios por un mamarracho (tú)–, cuando las arrugas dejan de ser “de expresión” para ser simplemente arrugas, cuando el singular aplicado al sustantivo pelo empieza a ser algo cruelmente literal… En fin, cuando empieza uno a sentirse como una ruina –seguro que Pompeya o Herculano empezaron a sentirse ruinas antes de serlo–, no tiene muchas ganas de reír. Más que nada porque te salen patas de gallo. Más.

¿Cuántos?

Verás, querida, una dama nunca revela su edad. Ni su talla. Por eso no desfilo en Cibeles…

Tuesday, September 19, 2006

La gente es CICATERA*

Siempre he sentido compasión de los extraños —cuanto más extraños, más compasión— y, en cambio, he sido inmisericorde con mis amigos, con mi familia y conmigo. Supongo que sí, que soy un hijo de puta. Al parecer, según me informaron hace ya unos meses, la vida es así, sobre todo la vida contemporánea: la palabra negocios está reñida con generosidad. Tiene su lógica: tras la palabra negocios se esconde un concepto, beneficios. O sea, que liberalismo es justo lo contrario de liberalidad. Paradójico.

* Yo también: Cabrón, Impredecible, Cateto, Anárquico, Terriblemente Estúpido (en muuuuuchas ocasiones), Rácano (es redundante, pero nunca está de más aclarar conceptos) & Atroz.

Sunday, September 17, 2006

La gente es SENTIMENTAL*

La gente no debería besarse en público. Es de mal gusto. La gente no debería acariciarse ni tocarse en público —no me gusta que me toquen—; en general, la gente no debería sentir o, al menos, debería sentir de manera más o menos íntima, más o menos privada, más o menos oclusiva. La gente cree que hay que sentir, sentir, sentir. El sentimentalismo es obsceno; toda esa exhibición de emociones de saldo, emociones primitivas tan planas como céntimos por los que ha pasado un tren a toda velocidad, es repugnante. Cualquier persona mínimamente pudorosa —aunque bien sé que pudor y decoro son dos virtudes en franca decadencia— es consciente de que no hay que sentir más, sentir a toda costa. HAY QUE SENTIR MENOS.

En el siglo XIX existían las inhibiciones, pero llegó Freud y se empeñó en descubrir el velo del templo, en correrlo de un manotazo. Lo desgarró de parte a parte y el resultado es esto. Esta hoguera de los sentimientos en la que los corazones arden, sin consumirse, por arte de magia. Al menos, la zarza que arde y no se consumía era divina. Esos corazones que arden y no se consumen son sólo la pálida imagen de sus pálidos jinetes, una pálida imagen de un sueño igualmente pálido, insustancial. Los edecanes del sentimentalismo deberían arder en sus propias fogatas. Y consumirse hasta que no queden de ellos más que un puñado muy, muy pequeño de cenizas.

Los sentimientos son el enemigo. Las emociones son el enemigo. Y al enemigo, ni agua.

* Y que lo digas: Sensual, Emotiva, Nauseabunda, Timorata (cuando no hay que serlo), Indigna, Mentirosa, Exhibicionista, Nimia, Tacaña (consigo misma: la peor clase de codicia), Aduladora & Lianta.

Thursday, September 14, 2006

De la teoría a la práctica: un paso a dar

Hay gente que parece empeñada en tener la última palabra. Me parece FENOMENAL, siempre y cuando lo haga en sentido literal.

Wednesday, September 13, 2006

Por un mundo mejor I (la gente es SUPERFLUA*)

Ya que el espíritu de nuestros días es la brevedad —vivimos una época neobarroca—, considero un anacronismo torturar a la gente; habría directamente que matarla. ¿A todo el género humano? Nooooo, no soy tan expeditivo. Me queda aún un puntito de humanidad, un prurito, digamos, pero un prurito muy leve.

En mis planes de progromos masivos, empezaría por aquellas presentadoras de televisión, especialmente las de informativos, que llevan el pelo teñido de caoba. Los tintes caoba NO deberían estar prohibidos. No. Los tintes caoba deben seguir vendiéndose libremente a toda aquella persona que los solicite; eso sí, no podrán utilizarse con fines estéticos. ¿Quieres un tinte caoba? Muy bien, bonita, aquí lo tienes. BÉBETELO.

A continuación, creo que continuaría con la Mala Literatura y sus adláteres. Los empalaría a todos con rodillos de imprenta. La primera, sin duda, sería Lucía Etxebarría. Una mujer que utiliza como negro a David Pallol se merece que le arranquen la piel a tiras (en el caso que nos ocupa, su pellejo da para tapizar todo un estrado isabelino compuesto por sofá, sillones orejeros y doce sillas). Para cualquier persona que tenga un mínimo de gusto, la Lucy es un objetivo a exterminar. A sus seguidores, para que veáis que, en el fondo, YO también puedo ser magnánimo, no les mataría; me limitaría a hacerles un favor: arrancarles de cuajo los globos oculares para hacer un bonito entredós de Almagro con su nervio óptico.

Mañana continuaremos con los malos actores y las secretarias que impostan la voz.

*Y que lo digas: superflua y superfea.

Monday, September 11, 2006

Mi tormento diario (la gente tiene muchos aires*, sirocos y tramontanas mayormente)

¿Has hablado con Olggggggggaaaaaah? [Primer espasmo] Puesssssss mira, YO (en mayúscula, porque YO soy de ese tipo de mujer que habla en mayúscula, en cursiva, en negrita y en versalitas si hace falta) soy Evvvvvvva (también sé pronunciar las oclusivas) y... Ah... Sí... [Segundo espasmo] Puesssssss mira, es que... Ah, ¿que no te suena nada de lo que estoy hablannnnnnddddddo?... [Tercer espasmo y fundido en negro, o sea, CIEGO de ira]

¿Por qué? ¿Por qué, si has nacido en Vallecas o Moralzarzal (o en pleno corazón de esa alcachofa proustiana llamada barrio de Salamanca, para el caso es lo mismo), la gente habla así? La única razón de peso que puedo admitir para justificar esa languidez oral es una inyección de novocaína. Y ni aun así. Los logopedas están para algo, darling. En tu caso, bonita, un logopeda es casi tan necesario como un director espiritual. Más, si cabe, ya que dudo mucho que la gente que habla así tenga alma, sólo una lengua que, desafortunadamente, no le cabe dentro del paladar.

* Ay, Dios mío, cada día echo más de menos un poco de decoro. Un poco de decoro y un lanzallamas.

Friday, September 08, 2006

La gente ríe POCO (o nada)

Mi intención original al empezar este diario era llamarlo Sobre gustos sí hay algo escroto, pero me temo que el juego de palabras ya me lo cogió Almodóvar hace tiempo, cuando parodió el título de uno de mis clásicos favoritos, Escroto en el viento.

Creo que la función principal del lenguaje no es la comunicación. La función principal del lenguaje es la risa. De hecho, el lenguaje no está para usarlo, sino para pervertirlo. Mis amigos, por ejemplo, cuanto más me hacer reír, mejor usan el lenguaje: lo retuercen, lo desmigan, lo despedazan y lo vuelven a unir, lo apalean y después lo miman. A mí, el lenguaje me merece mucho respeto. Y yo soy muy partidario de perderle el respeto a todo lo que me lo merece: el lenguaje, la muerte, Dios, mi madre, el cine…

La risa, para mí, es el sustituto del llano, el homenaje del ingenio a la inteligencia (no son lo mismo: puedes ser muy ingenioso y tonto de capirote), el látigo con el que las víctimas a azotan a sus verdugos… En fin, para mí –y para cualquier marica– la risa es IM-PPRES-CIN-DI-BLE. El día en que no me ría, apago la luz.

Thursday, September 07, 2006

Tono, politono y patíbulo

¿Eres de esa gente que personaliza su móvil con un tono original y divertido? Entonces, seguro que tienes una personalidad fascinante, una personalidad llena de facetas ocultas, de inquietudes, de aristas. Porque, claro, para ti un móvil es algo más que un teléfono. Es (pausa) una extensión de tu personalidad (fascinante, llena de facetas ocultas, de inquietudes y de aristas). Es una tarjeta de presentación. Para ti, una llamada es una epifanía.

Me alegro. Me alegro por ti. Me alegro por tu móvil. ME ALEGRO POR TODO EL MUNDO. Me alegro incluso por tu personalidad (fascinante, llena de facetas ocultas, de inquietudes y de aristas, sí, ya lo sabemos… gracias a tu móvil).

Es una pena, eso sí, que tengas que pagar un precio tan alto por tener una personalidad. Esa personalidad, concretamente. (Pausa) Ah, ¿no lo sabías? Pues yo te lo cuento, porque yo soy así, superbuenamiga. Un proveedor de servicios para teléfonos móviles japonés, en colaboración con el departamento de Tecnología y Alta Peluquería de la Universidad de Pomona, ha desarrollado un sistema por el que, cada vez que en tu móvil suena un tono OSD (Original, Simpático y/o Divertido), el usuario/a, o sea, tú, que tienes una personalidad... uuuuuuuf... que ríete tu de Carmen Polo, (ya sabes: fascinante, llena de facetas ocultas, inquietudes –a ti te da por la hi-tech mientras que a la mujer del Caudillo le dio por las perlas– y aristas), recibe una descarga eléctrica capaz de dejar tieso a un elefante. Una pena.

Tal vez va siendo hora de que cambies el tono de tu móvil por un anodino ring-ring. Aunque creo que tengo otra sugerencia para ti, amiguita. ¿Qué tal si te metes el móvil en el coño?

Wednesday, September 06, 2006

La gente es ABURRIDA*

La gente cree que puede hablar de todo, que está de vuelta de todo (síndrome Chenoa), que ya no hay tabúes y, por tanto, ya no hay témenos. La gente, como siempre, está equivocada. Hay cosas que, bajo ningún concepto —ni siquiera bajo coacción física—, son tema de conversación. A saber (pongo en negrita los temas de conversación más sangrantes, aquellos que en un estado policial —mi estado ideal— merecerían pena de cárcel):

a) Las obras

b) La hipoteca

c) El dinero

d) Las varices / las hemorroides / las caries / los gases (a no ser que se trate de los gases nobles) / los juanetes

e) El servicio

f) Los hijos y sus problemas (con la comida, con las clases, con las drogas…)

g) Las mechas

h) Los abortos

i) La (presunta) anorexia de LetiZia-the Joker / la (presunta) boda tortillera de María Teresa, esa otra mujer esquemática.

j) El calor (comentar la lluvia es de buen tono; comentar el calor, cuando estás sudando como una cerda, es redundante)

k) La televisión (si tienes el espantoso vicio de ver la televisión, ten al menos el decoro de hacerlo a escondidas)

l) Las humedades (de la pared y las otras; especialmente las otras)

m) Los vecinos

n) El sueldo / la nómina / trabajo en general (excepto el capítulo JEFES, aunque siempre es mejor matar a un jefe –o contratar a un mercenario para que lo haga– que hablar de él)

ñ) Tu última estancia en la cárcel de Alhaurín

o) Famosos, celebrities en general (súper off: su vida privada, desde que es pública, es de lo más trivial)

p) Quimioterapia

q) El tráfico

r) Política / la guerra / la situación mundial (sobre todo en la mesa)

s) Tu pareja (sobre todo con tu amante) / tu amante (sobre todo con tu pareja)

t) Dios (del Diablo puedes hablar hasta que se te duerma la mandíbula, pero a Dios es mucho mejor dejarlo en paz: ya se ha dicho de él todo lo que se puede decir y hasta lo que no se puede decir. Dios, como tema de conversación, está agotado)

u) Tus vacaciones

v) Tu árbol genealógico

w) Eurovisión

x) Coches

y) Dietas

z) Miserias, en general: la gente no quiere oír miserias

Pero, sobre todo, hay un tema del que nunca, jamás, debes hablar. TÚ. La gente no quiere oír hablar de ti, todo el tiempo: yo esto-yo lo otro-yo lo de más allá… Yoyoyoyoyoyo… ¡YO! Hoy por hoy, si hay algo que está devaluado, es la primera persona del singular.

* Y que lo digas: Angustiosa, Bruta, Uniforme, Rata & Ruin, Infecta, Desagradable & Abyecta.

Tuesday, September 05, 2006

Hoy no hablo de la gente. Hablo de POLLAS

No salía desde hace cinco meses. Y, la verdad, tampoco es para tanto. La noche está muy mitificada. La poesía de la noche, del viciazo, del humazo, de los cuartos oscuros… La poesía de lo maldito, de lo negro, esa poesía, tiene rima consonante. Y si hay algo que aborrezco, de lo que abomino y execro por encima de todas las cosas, es la rima consonante. La rima consonante y las rebequitas. Son lo peor. [Chico, qué mayor estoy. Qué mayor y qué viejo. ¡Y qué calvo! Tengo menos pelos que un litro de vino…]

En fin, después de gastarme nueve euros en un taxi, me puse a pensar en lo que ha sido mi vida en los últimos cinco meses. Vamos, desde que no bebo. ¿Qué he ganado? Un montón de cosas: serenidad, estabilidad, un cutis ENVIDIABLE, dinero (porque hay que ver lo que se ahorra cuando no sales), cultura (porque hay que ver la de tiempo que tienes para pintarte las nails, ver películas y leer; y, claro, como te has ahorrado UNA PASTA, pues tienes para comprarte unos libros DIVINOS, y yo, que soy muy de la cofradía del puño, ya que me compro libros divinos, pues me los leo, porque YO LEO. Yo (pausa) leo. L-E-O)… ¿Y qué he perdido? Pues, la verdad, perder, perder, tampoco me he perdido gran cosa: las mismas maricas de siempre, borrachas & mamarrachas (qué pelos, qué tragedia capilar, qué hecatombe pilosa… Qué drama), el mismo chunda-chunda, las mismas risas superfalsas, las mismas barrigas. Y los mismos pollones.

Cómo es la gente, qué exagerada… Yo, para las pollas, soy muy mío. También para las barrigas, pero hoy no hablo de barrigas; hoy hablo de pollas. No estoy de acuerdo con eso de que el tamaño no importa. El tamaño SÍ importa –mujer, lectora, amiga, no te dejes engañar: cuando un hombre intente convencerte de lo contrario, huye de él como de la peste; sobre todo, porque el tamaño de la polla es inversamente proporcional al tamaño del ego; si supuran egotrip, no te quepa la menor duda: micropene–, pero de ahí al priapismo… En fin, que la gigantomaquia, como que no (y eso que, a mí, a uranista no me gana nadie). A mí, el humazo ya no me compensa. Ni por un pollón. Especialmente por un pollón. Estoy en ese momento, tan middle age Bette Davis, en que prefiero una buena conversación a una copa de champán, y una copa de champán a un polvo (una buena copa de champán bueno, I mean). Pero, vamos, sin exagerar. No quiero ponerme estupenda. Tampoco soy Yocasta.

Monday, September 04, 2006

la gente es ORDINARIA*

Thorstein Veblen (si no sabéis quién es Thorstein Veblen consultadlo en la Wikipedia, esto NO es una enciclopedia) define los modales como “vestigios simbólicos y convencionalizados que representan actos anteriores de dominio o de servicio personal… Son una expresión de la relación jerárquica: una pantomima simbólica del dominio, por un lado, y de la sumisión, por el otro”. Es decir, los modales son rituales.

Mucha gente, en su mayor parte adolescente o, lo que es peor, tardoadolescente, personas hechas y derechas que creen que ir hechas un mamarracho les de derecho a comportarse como zulúes (como zulúes muy maleducados, se entiende), sostiene que los modales son anacrónicos —a pesar de que desconozcan el significado de esa palabra— e inútiles. Esa gente está equivocada. Los modales siguen siendo necesarios. Hoy más que nunca. Cuando todo naufraga a nuestro alrededor, es el momento de aferrarse a ciertos ritos.

* Y que lo digas: Obesa, Ridícula, Detestable, Infantil, Neurótica, Adocenada, Repugnante, Infame & Aduladora.

Sunday, September 03, 2006

La gente es CURSI*

“Ay, yo es que soy súper amiga de mis amigos…” Superamigademisamigos. A la gente que presume de ser súper-amiga-de-sus-amigos habría que gasearla. Sin piedad.

Los amigos no están ahí para ser su principal apoyo. Para eso están los andamios, las muletas, las subvenciones… Los amigos, querida, están ahí para criticarlos. Y para soportarlos cuando se ponen insufribles (¡qué cantidad de sandeces pueden llegar a decir los amigos, Dios mío…!). Y para soportarte a ti cuando te emborrachas (¡qué cantidad de sandeces puede llegar a decir uno cuando se emborracha, Dios mío…!). Para lo demás, para ser paño de lágrimas, para escuchar con expresión omnicomprensiva, para criticar a otros amigos de los que eres superamiga, están Patricia Gaztañaga o Paolo Coelho.

Superamigademisamigos no es una cualidad de la que sentirse orgullosa. Superamigademisamigos es un estado. De idiocia.

* Y que lo digas: Criticona, Ursulina, Rapaz, Soez & Idiota.

Saturday, September 02, 2006

La gente es EXCESIVA*

Si eres de ese tipo de personas que no se perfuma sino que se encapsula, tienes un problema. Un problema muy gordo. Lo tienes tú y, desafortunadamente, lo tengo yo: en mi pituitaria. Si lo que pretendes es dejar huella, por mi parte no hay ningún problema. Es más, estoy súper a favor de que lo hagas. En el pavimento.

* Y que lo digas: Estúpida, Xenófoba, Cabrona, Enervante (que es justo lo contrario de lo que la gente piensa), Salaz, Imbécil, Vana & Analfabeta (me repito, pero es que lo es: dales un libro y te calzan una mesa).

Friday, September 01, 2006

La gente es FEA*

Carlos Barral y Luis Escobar ya lo dijeron hace un montón de años, cuando ya nada tenía arreglo: “El mundo es cada vez más feo”. Pues sí. En los 50, en España, había mucho feo. Pero mucho.

Bueno, pues ahora, 50 años después, en ese carnaval de horrores que los optimistas llaman siglo XXI y yo, simplemente aquelarre, me encuentro con que también hay mucho feo. Y no hablo sólo de la fealdad como una cualidad física: la belleza también puede esconder mucha(s) miseria(s). No. Hablo de la fealdad en todas y cada una de sus manifestaciones: las externas y las internas, las extremas y las superficiales, las textiles y las capilares. T-O-D-A-S. La gente ya no se conforma con ser fea, como antes. No. Ahora, la gente es agresivamente fea. Espantosa. Y no hace nada para remediarlo.

Estoy plenamente de acuerdo con Ana María Moix, escritora y camionera (y hermana del difunto Terenci, que eso también debería ser una profesión): “Creo que la inquietud cultural, el interés por cuanto ocurre en el mundo y el sentido del humor embellecen”. Supongo que esa es la razón de tanta fealdad: la gente es cada vez más analfabeta. Y lo que es peor: están orgullosos de ello.

* Y que lo digas: Falaz, Envidiosa & Analfabeta.